LA INCONCRECIÓN DE LO INSURRECTO
En la muestra del valor y en su batalla
la valiosa ley se profundiza
al fundir su lealtad engastándose palabra
Y los corajes valerosos sepultándose insurrectos
son penurias de combate
entre alambradas sin trayecto
Y esta sed inoportuna se refugia como sed en la nostalgia
cuando las desconsoladas hambres apetecen del veneno
Glóriame la guerra blanca de mi herida casi muerta
para inhabilitarme, amor, cuando me sacias
la sangre sin veneración como embalse de tu riego
Obséquiame del luminoso condominio de tu feudo
las inmaculadas luces santas de resplandores lavanderos
para poder con las auras enjugadas, perfumadas de lavanda,
zurcirme el roto a las puntillas y a la enagua
con tu uniforme descosido diseñado con remiendos
Y sobrehilaremos tu jardín con mis rosales,
pespunteando amaneceres, bordaremos
Y tus paisajes pintorescos adornados de proverbios
con mis corales bermellones pintaremos
Y solidariamente unidos entre punto y punto orillaremos
los pesares ambinegros que hoy me embargan de emociones
pero con prontitud, con laboriosidad y con esmero
para que la perversa oscuridad desde su acecho
no te encuentre compasivo alojo en la ventana
de la hospitalaria vaciedad de la mirada
Seme ambidiestro compañero
cubriéndome la espalda
frente a los disparos más certeros
y contra las traicioneras estocadas
Y no me prometas claroscuros imposibles
al decubrir que la luz de la mañana, ya, ni existe
pues al desear favorecerme en tu mentirme
me asestarías, sin querer, más puñaladas
Por mi inocencia desolada y desvalida
ni lo pienses ni lo hagas
pues sufro más vergüenza al desoirte
que cuando olvidándome te callas
Miénteme con tus verdades prisioneras
escalando cuesta arriba
sin grilletes de por medio
aunque sientas que te rompes, que te caes
o que te quiebras...
Imposibilitando ya la oración hacia el silencio
salmódiame estas angustias misioneras
redimiendo las mentiras aliándote a mi rezo
Porque yo, ya no soy nada tangenciando la palabra
diametralmente opuesta a nuestro desdibujado sendero
y si me arrastro como serpiente indeseable
pretendiendo adecentarme, todavía, más, me indecento
Alúmbrame esta duda dimitida
siempre entre rebeliones sometida
introvirtiendo la verdad en tu desdicha
preñando mis pesadumbres con tu incesto
Y tendiéndome una mano abierta
hacia la ignominia contradicha
embadúrname de sabidurías
recitándome unos versos
Rosa Iglesias
Mar Ene 12, 2010 2:00 pm
miércoles, 14 de abril de 2010
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